Reconocer cuando es tiempo de cerrar un ciclo, de terminar algo, de tomar decisiones que dirijan las cosas hacia el final, es saber cuidarnos.
Empezar a comprender la vida, también es darnos cuenta de que todo tiene su inicio y su final, su duración e intensidad, su punto de partida y su despedida. Saber esto, reconocer esto, nos brinda amplitud y una visión más fresca y madura frente a todo lo que existe.
En ocasiones sabemos, intuimos y nos llegan muchas señales, de que una etapa de la vida, una relación con alguien, un trabajo, o algo, está terminando, ya sea natural y fluidamente, o porque nos llega el momento de tomar decisiones y acciones contundentes para hacerlo.
Cuesta, sin duda cuesta aceptarlo en algunas ocasiones, sobre todo cuando más dichosa y agradable es la experiencia que termina y sobre todo cuando más estamos apegados a ella.
Cuando más cuesta decir adiós, también es cuando más necesario es.
Hay una energía concentrada en no fluir con el cierre de un ciclo, y es importante cerrar, dejar que esa energía se suelte para poder iniciar nuevas cosas, para reponernos, aprender y emprender nuevos caminos. Conocemos la frase : “cuando una puerta se cierra, otra se abre” así que, es preciso cerrar ciclos para permitir y promover que otras cosas nuevas surjan y nuestra vida continúe.
Lo más importante es la consciencia de ti, tu consciencia de tu aquí y tu ahora, tu presencia en ti mismo.
Al estar consciente de ti sabrás reconocer tus necesidades, movimientos internos y externos y lo que es requerido para la búsqueda de tu salud y bienestar. Por eso en la psicoterapia Gestalt hablamos de la importancia del darnos cuenta, de mantener continuamente nuestra presencia en el momento y revisar frecuentemente cómo estamos, qué sentimos y qué necesitamos. Desde esta consciencia de ti aquí y ahora, podrás reconocer cuándo es el momento de terminar un ciclo o un asunto y saber qué necesitas para ello.
Cuando te das cuenta de que algo ha llegado a su fin tienes dos alternativas:
Ignoras el cierre, lo retienes y lo evades o, lo asumes, lo desarrollas y te unes a ese movimiento.
Cuando eliges evadir, pueda que estes perpetuando algo que ya no te nutre, que te hace daño o que sencillamente retiene tu energía y obstruye tu creatividad y tu frescura.
Y cuando lo asumes, con valor y armonía, confabulas con tu bienestar, el bienestar de las personas y las situaciones relacionadas y permites que suceda la liberación de algo que ya no tiene lugar ni sentido; permites que llegue la muerte y que surjan nuevos nacimientos y la continuación de tu camino de vida.
Asumir el cierre te brindará la inspiración y la fuerza para despedirte y desarrollar las acciones necesarias. Asumir el cierre y reconocer qué sientes y qué necesitas, te dará la guía de cómo llevar a cabo este proceso de adiós y te permitirá también sentirte acompañado por ti mismo en el camino.
Podrá haber altibajos, tristezas y rabias; miedos respecto a lo que pasará o vendrá para ti; dolor, nostalgia y frustración. E igual sin duda, llegara alivio, liviandad y calma durante el proceso mismo o eventualmente al ir pasando el tiempo.
Atreverte a cerrar tus ciclos pendientes, te traerá la dicha de serte leal y de alinearte con lo más importante en tu vida que eres tú mismo, tu salud y tu dicha; alinearte con tu mayor potencial y lo que realmente te viene bien.
En ocasiones, no es fácil y requerimos ayuda, recuerda que AQUÍ ESTAMOS para ti en La Casa de madera y todo nuestro equipo disponible para acompañarte con la pasión, el talento y la preparación que nos caracteriza.
El cierre es vaciarte de algo que ya no te sirve, es abrir espacio para que lo nuevo y lo fresco llegue a tu vida: