Conocí una niña, una niña herida y descuidada, una niña que había pensado que no tenía valor, que sus pasos eran sólo de fango, que sus ilusiones eran mentira, que su aliento estaba impuro. Conocí una niña y me conmovió, mi corazón tembló, y a la vez sentí alegría, porque de inmediato vi que en ella estaba despierta toda su inocencia y sus ganas de sanar. Pedí al cielo que la acompañara en su curación.
Esa niña, aunque opaca y medio marchita, no había terminado de creer que estaba perdida, ella dudaba, ella sospechaba. Ella sospechaba que su vida no podía ser sólo el fango conocido, la lucha y la guerra conocida, las náuseas conocidas, el maltrato, el poco respeto que había recibido y atestiguado, esa no podía ser LA VIDA.
Ella afortunadamente dudaba y entonces ella buscaba; ella se volvió curiosa, se volvió inquieta y se rehusó a hacer de ella misma todo lo que los demás le dijeron que ella era, lo que le mostraron que ser humanos es y lo que ella misma ya venía pensando de sí y de TODO.
ELLA ES REBELDE, ELLA ES SALVAJE, ELLA NO TERMINA DE ENCAJAR
Ella empezó a mirarse, a voltear lentamente los ojos hacia sí misma, a desmalezar todo su territorio interno de villanos y villanas instalados, de sufrimiento y de rabia, de desesperanza, desconfianza, depresión, fracasos y de unas fuertes ansias de venganza.
ELLA ES CREATIVA, ELLA ES FUERTE, ELLA ESTA LLENA DE ALEGRÍA
Y se apoyó en otras y en otros, se apoyó en sí misma y, aprovechando que ya era adulta, DECIDIÓ CAMBIAR SU CAMINO O MORIR. Porque cuando se ha estado tan cerca a la locura distorsionada (porque estar locas es maravilloso), tan a fondo en el fango, no queda más que CAMBIAR O MORIR.
Ella se desnudó, lloró lágrimas de verdadero dolor, gruñó de ira por el daño de los villanos y villanas en su historia, gritó la fuerza interna que venía reprimiendo para seguir siendo la niña maltratada, limpió su cuerpo y su energía, se sentó con ella misma, con otras mujeres y conmigo a aclarar su panorama, a mirarse de frente y mirar más allá de la neblina y de las interminables nubes que cubrían su sentido común, su criterio verdadero y su amor propio.
Lloró lágrimas de verdadero dolor y señaló los perpetradores de su vida, reconoció que su venganza contra ellos era marchitarse y que además, ni siquiera eso era suficiente para estar en paz, reconoció su justo lugar de mujer hija, hermana, humana.
ELLA SE DESNUDÓ Y SE VIO
ELLA SE ACORDÓ QUIEN ERA DEBAJO DE ESAS CAPAS DE SUFRIMIENTO
Y entonces ella, después de toda esa purga, se quedó en el vació, no sabía qué hacer, y lanzándome la pregunta más bella, un día me dijo: “si ya no tengo rabia y ya no quiero venganza, ¿Qué hago en la vida? ¿A qué dedico mi existencia?
Ese día nos echamos a reír, reíamos de amor y reíamos de valentía, ahí estaba el vacío, no había nada… y ella se decidió a habitar la nada; asustada como estaba, desconcertada como estaba, quiso explorar qué pasaba ahí, qué ocurría si se quedaba en lo desconocido.
ELLA SIN DUDA ES VALIENTE
Ella, antes estaba encerrada por sí misma en una pequeña torre, en su propia e individual prisión y cuando la derrumbó, y la derrumbó con AMOR (porque no se puede sacar el óxido del corazón con otra cosa que amor), se dio cuenta que afuera estaba todo el paisaje y hacía sol, y era cálido el ambiente; se dio cuenta que ella estaba ahí, presente, en sí misma, con ella y reconoció que toda la fantasía de la “niña maltratada marchita” se había disipado, todo el humo se había ido, ahí estaba el GRAN paisaje.
ELLA ES VALIENTE, ELLA ES AVENTURERA Y ELLA SE ACORDÓ DE SÍ MISMA
Cumplió algunos sueños, reveló muchos secretos, hizo por primera vez lo que quiso, se acomodó en sí misma, consiguió un hogar propio, asumió su vocación de servicio y siguió su camino.
Hoy está viviendo cosas nuevas y los miedos del trauma se despiertan, las viejas neblinas la visitan y ella está ahí, pidiendo ayuda, apoyándose en sí misma, recordando que es adulta y que es ella quien se cuida y que es ella y la vida quien se lo provee todo.
ELLA ES FRÁGIL Y SENSIBLE Y AHÍ TAMBIEN ESTA SU BELLEZA, ELLA LO SABE
Ella vive, ella respira, ella baila, ella habita su cuerpo con fuerza y seguridad, confío en ella y honro su camino, ella, después de conquistar su territorio interno, está caminando el mundo con su corazón.
¡Gracias a ella por inspirar y ser reflejo del camino de sanación!
Ella somos todos.